Crónicas de Incendios #1
- Karla González

- 21 ago
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 28 sept
Hola queridos naturalistas. Hoy vengo a contarles que hace semanas visité una de las áreas que donde ha habido incendios dentro del Valle de Guadalupe. Quiero mostrarles un poco de lo que encontré y mis reflexiones. Estoy feliz de iniciar este blog de nuestra página web con este tema ya que me apasiona mucho y me interesa seguir compartiendo información al respecto y sobre nuestras plantas nativas.
El incendio fue en el mes de mayo, un día después del día de las madres. Abarcando el lado norte-noroeste de los cerros entre Bodegas del Valle y Hacienda Guadalupe.

Esta imagen es de Google Earth, no muestra el terreno quemado pero básicamente lo que se alcanza a ver de vegetación es lo que se quemó.
Mi plan era ver si en verano hay actividad de crecimiento post-incendio en la vegetación. Es muy notorio cuando crecen las plantas después del paso del fuego, justo en la temporada de lluvias, cuando el agua se combina con las cenizas que quedaron en el suelo. Esto y otras condiciones específicas despiertan a las semillas de algunas plantas nativas a las cuales llaman “seguidoras del fuego”, brindando color al área que se había quemado meses atrás. Es muy bonito ese espectáculo que nos brindan esas plantas, pero su naturaleza es efímera y no sabes cuando las volverás a ver. Aprecio mucho observar eso y seguido estoy persiguiendo esos sitios quemados para ver sus floraciones pero, en esta ocasión yo quería ver si había actividad en ese inter justo después del incendio y antes de que comiencen las lluvias.
Normalmente en el matorral costero observamos una dinámica de dormancia en muchas plantas que huyen de los meses calurosos y secos, tornando sus hojas y tallos de colores amarillentos aparentando que están marchitas. Pensando en eso, lo lógico sería que no habría mucha actividad en ese umbral post-incendio antes de invierno porque no hay lluvias ni temperaturas frías que mantengan la humedad que dejan esas mismas lluvias.
En ocasiones anteriores en la cuenta de instagram @petalosymieel le he explicado que los ecosistemas del chaparral y matorral costero se han adaptado a ciertos patrones de incendios. Mi duda era si, aunque no hubiera agua (que haya caído en forma de lluvia) podía crecer alguna planta. Han pasado meses después del incendio en esa área que visité y efectivamente registré crecimiento de Lentiscos (Malosma laurina), rebrotando desde la raíz, como les mostraré a continuación:


Cabe recalcar que el Lentisco es un arbusto siempre verde y no aplica la de “dormirse” en verano.
No todos los ejemplares de esta especie que encontré rebrotaron, algunos tenían la raíz hacia afuera, carbonizada. Y otros tal vez no estaban lo suficientemente grandes como para poder aguantar la intensidad del incendio que ocurrió ahí.
Malosma laurina es una especie que ha sobrevivido a los incendios gracias a su raíz. Si esta posee los nutrientes y agua necesarios, la planta puede rebrotar como si no hubiera pasado nada. Hay otras especies que sobreviven a los incendios generando semillas resistentes a ellos, así cuando ocurre uno y después se generan las condiciones adecuadas en el suelo, estas empiezan a germinar, aunque, la planta que brindó esas semillas, muere.

Siguiendo en la búsqueda de brotes, no encontré ninguna otra señal de crecimiento.
Alcancé a ver ramas quemadas de Fresnillo (Fraxinus parryi), al parecer era una de las especies dominantes. Los restos de los ejemplares mostraban que los arbustos tenían gran tamaño, de 2 a 2.5 metros. A esta especie le gusta crecer en laderas norte o noroeste en los cerros. Precisamente estábamos en un área con ese tipo de laderas.

También encontré ejemplares (quemados) de Romerillo (Artemisia californica). Esta especie es parte del matorral costero lo cual junto con las otras especies, nos indica que el sitio donde ocurrió el incendio tenía una cobertura mixta de dicho ecosistema y el del chaparral.

Lo que mas quise observar en este lugar era el suelo. En algunas partes la capa de ceniza era grande como de 10 cm aprox. y en otras no había tanta. Los Fresnillos en conjunto con las demás especies que estaban ahí seguro formaban una masa densa con sus ramas y hojas que al ser quemadas generaron esa capa. Me imagino que por eso se presentaba una diferencia de cantidades de ceniza en el suelo. En algunas partes se observaba mucha y en otras no tanto.
Además de la cantidad de cenizas también me gustó ver la variedad de coloraciones en la tierra: rojizo, café oscuro y beige. En las fotos también podrán ver esos detalles. No se mucho de suelos como para decirles que composición química tienen y eso jeje pero si hay algún geólogo por aquí, que sepa que es bienvenida esa información. Me encantaría saberla.

Eso es todo lo que quería mostrarles. Gracias por leer. Si tienen alguna opinión sobre lo que ven en fotos, con mucho gusto la recibo en comentarios, por mensaje de la cuenta de instagram o por correo electrónico. Así como también recibo sus observaciones y fotitos que gusten compartir de áreas incendiadas que hayan logrado visitar. Los invito a monitorear estos sitios, se van a maravillar con lo que nos ofrece la sucesión ecológica post-incendios.
Recuerden que el hecho de que haya un incendio no significa que ya no vaya a crecer nada. Hay que darle oportunidad a los ecosistemas de recuperarse, tal vez no se note pero se recuperan de disturbios como estos. A un paso más lento para nuestros ojos pero ¡a su ritmo!
Karla G.


Comentarios